Santo Domingo, RD. – La Escuela de Economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) realizó un conversatorio con sus estudiantes para discutir los aportes y diversas ramas de la economía.
El evento fue liderado por el profesor José Luis de Ramón, quien explicó que “la economía convencional supone que las personas son racionales y maximizadoras de servicios públicos, mientras que la economía del comportamiento reconoce que las personas a menudo son irracionales, emocionales e influenciadas por factores sociales y cognitivos”.
De Ramón destacó que la economía del comportamiento emergió como una nueva forma de entender la economía. “Primero observa qué sucede y luego aplica lo que realmente hacen las personas, basándose en avances de la psicología evolutiva. Esto ha permitido probar muchas de las proposiciones de la economía del comportamiento, algo que era imposible hace apenas unas décadas,” indicó.
El profesor también señaló que la macroeconomía y el mercado laboral han cambiado debido a esta nueva perspectiva. “Las empresas fueron las primeras en incorporar la economía del comportamiento, seguida por los gobiernos, mientras que las academias se quedaron rezagadas. Ahora, las academias están tratando de integrar ideas del modelo económico convencional con la teoría del comportamiento para hacerla más eficiente,” explicó el maestro.
Hablando sobre incentivos, De Ramón señaló que, “no todos los incentivos tradicionales funcionan. Un gobierno que implementa políticas públicas efectivas debe tener incentivos que realmente funcionen, y si no es así, debe buscar nuevos”. Añadió que entender el verdadero comportamiento de las personas es crucial para el desarrollo de América Latina. “Los incentivos tradicionales a menudo no funcionan. Por ejemplo, si tu mejor amiga te paga por ayudarte, te sentirías mal porque esperabas reforzar la amistad, no recibir dinero. De igual manera, las personas prefieren donar sangre voluntariamente sin recibir pago”.
De Ramón también abordó la economía naranja, describiéndola como la economía creativa o industria creativa que involucra la generación de ideas y conocimiento, incluyendo el arte, la cultura y la creatividad.
El director de la Escuela de Economía, Magín Díaz, complementó la discusión resaltando que, “el gran aporte de la economía del comportamiento es que nos ha enseñado que sabemos mucho menos de lo que creíamos”. El director utilizó el ejemplo de Chile en 2019, donde a pesar de indicadores económicos positivos, una medida aparentemente pequeña desató una explosión social sin precedentes. “El gran aporte de la teoría del comportamiento es que abrió una nueva área completamente diferente que los economistas no habían explorado,” concluyó Díaz. En este conversatorio subrayó la importancia de comprender los comportamientos humanos para diseñar políticas y estrategias económicas más efectivas.