Santiago, R.D.- La Escuela de Teología de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), campus Santiago, realizó el conversatorio “Jesús: ¿Es Dios? A los 1,700 años del Concilio de Nicea”, impartido por el reverendo padre doctor Eugenio Rivas, de la Compañía de Jesús, para promover el conocimiento de la historia de Dios, a los estudiantes de esta Madre y Maestra.
El padre William Arias, director de la Escuela de Teología, compartió las palabras de bienvenida y expresó la importancia de este conversatorio, que se alinea con la celebración de los 1,700 años del Concilio de Nicea. “Este encuentro sienta la base de la discusión en Jesús más allá de su ser humano y Dios, hasta ayudarnos a una comprensión de lo que es este misterio de fe”.

El conferencista, reverendo padre doctor Eugenio Rivas, compartió la importancia de la celebración de los 1,700 años del concilio de Nicea, que es una invitación apremiante para que la Iglesia redescubra el tesoro que se le ha confiado y aproveche para compartirlo con alegría, en un nuevo impulso, incluso en una “nueva etapa de evangelización”.
El padre destacó que, al proclamar la divinidad de Jesús a partir de la fe expresada en Nicea, como se profesa en el credo Niceno-Constantinopolitano, no significa ignorar la humanidad de Jesús, es asumir la postura de un Dios plenamente hombre y un hombre plenamente Dios.

Así también, planteó la humanidad divinidad de Jesús, donde va en la línea de la encarnación de Dios, cuando nos dice: “y la palabra (verbo) se hizo carne (humano) y habitó entre nosotros”, asumiendo así la condición humana en toda dimensión y con todas las posibles consecuencias. El padre Eugenio dijo que Nicea es fruto de una transformación del pensamiento que ha sido posible por el acontecimiento Jesús-Cristo.
El experto abordó que se debe prestar especial atención a los hermanos y hermanas más pequeños y vulnerables, también anunciarlo a través del testimonio de la admirable fraternidad fundada en Cristo, y asumir la invitación de Jesús, que “siendo en todo igual a nosotros, aun así no pecó”.
El conferencista llamó a asumir la condición de hijos y dar a conocer las maravillas por las cuales la Iglesia es “una, santa, católica y apostólica”, y “columna y fundamentó de la verdad”, con acceso a la vida nueva. El encuentro finalizó con una sesión de preguntas de profundización por parte de los presentes, al conferencista invitado.