Santo Domingo, R.D.– La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), celebró este lunes el “Foro Internacional de Buenas Prácticas Policiales”, un espacio de reflexión sobre los desafíos, propuestas y experiencias exitosas del quehacer policial en la región de América y especialmente República Dominicana, donde se impulsa el Nuevo Modelo de Servicio de la Policía Nacional.
El foro, impulsado también por el Ministerio de Interior y Policía, la Policía Nacional, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Comisionado Ejecutivo para la Reforma Policial, se desarrolló como parte del III Curso Presencial de la Red Interamericana de Desarrollo y Profesionalización Policial (REDPPOL-OEA), que se celebra desde el mes de junio en República Dominicana, y que reúne a 60 oficiales de 28 países.
Aquí, la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, presentó un balance del proceso de transformación institucional que vive la Policía Nacional, destacando que se trata de un esfuerzo por cambiar la cultura, hacia una policía más cercana, profesional, respetuosa de los derechos humanos y respaldada por la confianza pública.
Durante su intervención, Raful explicó que el nuevo modelo de patrullaje, la profesionalización continua de los agentes, el uso de tecnología para la transparencia y la participación ciudadana son pilares fundamentales de esta nueva etapa.
La funcionaria compartió que “algo que llama mucho la atención” de la institución, fue el hecho de que para ser nuevos agentes, aplicaron 6,000 hombres y 15,000 mujeres. “Para que vean dónde ha llevado la dignificación de la Policía… Ya ser policía es un atractivo en República Dominicana, el esfuerzo se está viendo. El desafío es continuar, garantizar que este proceso no se detenga cuando ya no estemos”, apuntó.
Además de la conferencia con la ministra, se presentó un panel conformado por Mu-Kien Sang Ben, coordinadora de Modernización Educativa y Desarrollo Humano de la Policía; Ángela Jáquez, viceministra de Interior y Policía; Luis Ernesto García, Comisionado para la Reforma Policial; Sebastián Eduardo Castillo, representante de Carabineros de Chile, y Leandro Piquet, profesor de la Universidad de São Paulo.

Durante su participación en el foro sobre educación policial, Mu-Kien Sang Ben, coordinadora de Modernización Educativa y Desarrollo Humano de la Policía Nacional, resaltó la importancia de promover la libertad de pensamiento y cátedra dentro del proceso formativo, aun en el contexto jerárquico de las estructuras policiales. “En un aula no hay jerarquía, la jerarquía es el conocimiento”, afirmó la educadora, al destacar que el docente debe ejercer autoridad desde el dominio de la disciplina, sin importar el rango de quienes recibe como estudiantes. “El general puede ser general, pero si no sabe del tema, el profesor es quien tiene la jerarquía del conocimiento”, explicó.
Sang Ben subrayó que la verticalidad institucional no debe imponerse en el aula, ya que la formación debe estar guiada por el intercambio académico y el respeto al saber. Celebró, además, el avance de docentes civiles que hoy forman parte de la Escuela de Entrenamiento de la Policía, y reiteró su compromiso con una educación policial basada en el pensamiento crítico, la inclusión y la calidad docente.
Ángela Jáquez, viceministra de Interior y Policía, destacó la necesidad de incorporar un enfoque de género, diversidad y derechos humanos en la formación policial para garantizar acciones concretas y efectivas en las calles.
Indicó que, en un país donde más del 50 % de la población es femenina, es imprescindible formar agentes con las competencias necesarias para gestionar una ciudadanía diversa. Propuso seis aspectos clave a incluir en el currículo: prevención de la violencia de género, protección a víctimas, rescate de niños y niñas en contextos de violencia intrafamiliar, acceso digno y con privacidad a la justicia, adecuación de los espacios policiales con enfoque de género y condiciones laborales dignas para mujeres policías, como unidades de lactancia.
Jáquez insistió en que toda política debe ser evaluada y adaptada según las realidades territoriales, asimismo, dijo que solo con datos, seguimiento y actualización constante se podrá garantizar una policía más humana, eficaz y sensible.
Luis Ernesto García, Comisionado para la Reforma Policial, enfatizó la importancia de cerrar la brecha entre el aula y la realidad operativa del patrullaje. “La dicotomía entre lo que se enseña y lo que se vive en la calle es evidente, y debe enfrentarse con un enfoque educativo más práctico”.
García subrayó que la confianza ciudadana se gana con policías profesionales e íntegros. Propuso tres pilares fundamentales para fortalecer la formación: generar conocimiento mediante la investigación, consolidar una doctrina policial basada en ese conocimiento y desarrollar un lenguaje profesional común. “El aula debe convertirse en un laboratorio donde se analicen los dilemas reales de la calle. La formación debe ser teórico-práctica desde el primer día”, afirmó el comisionado.
Sebastián Eduardo Castillo, representante de Carabineros de Chile, abogó por una educación policial integrada, que abarque todos los niveles de formación: inicial, continua, especializaciones y ascensos, con el fin de garantizar competencias profesionales alineadas con las funciones legales de los agentes.
Castillo señaló que la educación policial debe formar parte de un proyecto estratégico institucional, con perfiles de egreso claros, mecanismos de control de calidad y programas coherentes. “Esto permite que no existan esfuerzos aislados, sino un sistema cohesionado, jurídicamente habilitado, estratégicamente justificado y técnicamente controlado”, agregó.
También enfatizó la necesidad de que la formación esté enraizada en la doctrina policial y promueva firmemente los derechos humanos. Propuso que el aula se convierta en un laboratorio seguro, donde los futuros policías puedan ensayar decisiones y aprender de errores en un entorno controlado.
Leandro Piquet, profesor de la Universidad de São Paulo, habló sobre educación policial y los desafíos del contexto brasileño, donde existen más de 600 mil policías distribuidos en múltiples instituciones regionales, lo que complica la implementación de reformas unificadas.
Piquet señaló que Brasil atraviesa un momento de transformación en la relación entre la academia y las fuerzas policiales, luego de décadas marcadas por una visión jerárquica desde la universidad hacia los cuerpos de seguridad. “Estamos viviendo un cambio importante. Ahora la universidad empieza a escuchar más el conocimiento que se genera dentro de los centros de formación policial”. Desde la Escuela de Seguridad Multidimensional de la Universidad de São Paulo, explicó que el enfoque es construir puentes con más de 50 instituciones policiales del país, con el objetivo de aprovechar su experiencia y traducirla en propuestas académicas útiles y aplicables.
Los conferencistas coincidieron en que el nuevo modelo de servicio está diseñado para que los cuerpos policiales se conviertan en uno de los mejores servicios públicos del país, caracterizado por la calidad, la cercanía y la confianza de la ciudadanía.
REDPPOL-OEA es una iniciativa de la OEA orientada a fomentar la generación de conocimientos, la formación continua y el intercambio de buenas prácticas en materia policial, con énfasis en la cooperación regional. Esta red ha realizado tres cursos presenciales: en La Paz, Honduras; Quito, Ecuador, y ahora Santo Domingo, República Dominicana.
