
Santo Domingo, R.D. – La Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) reconoció la destacada trayectoria académica y profesional de la profesora Hermenegilda del Rosario Fondeur, como parte de “Docentes de Valor”, una iniciativa que honra a educadores que han dejado una huella significativa en la formación de generaciones de abogados.
El acto, coordinado por el profesor Samuel Arias Arzeno, reunió a colegas, exalumnos y autoridades académicas para celebrar la excelencia, dedicación e impacto humano y profesional de la profesora Fondeur, quien actualmente se desempeña como jueza del Tribunal Superior Electoral.
Durante la actividad se llevó a cabo un panel integrado por los abogados Frinette Padilla, Dilia Jorge Mera, César García y Francisco Guillén Blandino, quienes compartieron anécdotas y reflexiones sobre la influencia de la homenajeada en su formación académica y trayectorias profesionales. Los panelistas resaltaron sus múltiples facetas como madre, docente, funcionaria pública, jueza y amiga incondicional.
La moderación del panel estuvo a cargo del profesor Arias Arzeno, quien expresó sentirse “muy honrado de formar parte de este homenaje a una docente que ha marcado tantas vidas con su ejemplo”.
El director de la Escuela de Derecho, profesor Héctor Alies Rivas, expresó su admiración por la homenajeada, destacando tanto su excelencia académica como sus cualidades humanas: “Hoy celebramos su trayectoria profesional, junto a su familia, compañeros de trabajo y exalumnos que la quieren. Hermenegilda es una profesora queridísima, respetada en todas las esferas de la universidad, una persona noble, generosa y que transmite paz”.
Alies enfatizó que, más allá de su rol como docente y profesional del Derecho, Fondeur ha sido una guía y ejemplo de vida para quienes han tenido la oportunidad de compartir con ella en el aula o en el ejercicio profesional. “Esta memoria del corazón es la que hoy agradecemos con gratitud”, afirmó.
La abogada Frinette Padilla destacó su integridad y sensibilidad, describiéndola como “una mujer luchadora, madre impecable, abuela amorosa y profesional transparente, leal a sus principios y siempre dispuesta a compartir su conocimiento con humildad”.
Francisco Guillén Blandino hizo una analogía entre la trayectoria de Fondeur y la ciudad de Tokio, destacando su influencia silenciosa pero poderosa: “La profesora Fondeur es como esa ciudad sobria y majestuosa que enseña sin ruido, con disciplina, constancia y visión a largo plazo. Caminar con ella es aprender algo nuevo cada día”, expresó.
El abogado César García recordó su paso por el Tribunal Superior Electoral junto a Fondeur, a quien calificó como “una jurista intachable, símbolo ético nacional y faro de luz en momentos institucionales clave”. Agregó que su ejemplo ha demostrado que el Derecho, aplicado con sentido humano, transforma vidas.
La abogada Dilia Jorge Mera compartió anécdotas personales, destacando la fe profunda de la homenajeada, su entrega en su rol como oficial del Estado Civil y su vocación como docente. “Ella representa para mí lo que es la verdadera amistad. Es leal, disponible y siempre está presente cuando se le necesita. Este reconocimiento es más que merecido”, señaló con emoción.
Los panelistas coincidieron en que Hermenegilda del Rosario Fondeur ha formado no solo profesionales del Derecho, sino también seres humanos íntegros, con profundo sentido ético y compromiso social. “Su influencia se ha extendido más allá del aula, tocando vidas en el ámbito judicial, familiar y espiritual”.
El decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes, Mariano Rodríguez, expresó que enseñar y compartir conocimientos “es un acto de amor”. Al referirse a la profesora Fondeur, señaló que “eso solo se hace por amor. Porque no hay forma de que eso se pague. Se paga con ese reconocimiento y con la admiración que nos tienen nuestros alumnos”.
Hermenegilda del Rosario Fondeur agradeció a sus estudiantes, colegas, amigos y familiares por acompañarla en un día tan especial. La magistrada compartió anécdotas que reflejan su disposición constante a servir, incluso sin esperar reconocimiento. “Una vez ayudé a una persona y luego me llamó para agradecerme. Me dijo que dondequiera que iba, la gente decía ‘yo soy hijo de ella, yo resuelvo’, y eso es fruto de andar sembrando”.
Confesó que ser profesora no fue parte de sus planes de vida, pero que asumió con entrega ese rol. “Espero que Dios me conceda vida y salud para seguir devolviéndole a cada joven que instruyo un poco de lo que he aprendido”, manifestó.
Asimismo, exhortó a los presentes a ejercer su vocación con amor y compromiso: “Ama al prójimo como a ti mismo. Lo que tú siembras, eso cosecharás. Recuerda que alguien te ve, aunque tú no lo creas. Empéñate, esfuérzate, porque llegará el día en que tu sacrificio será recompensado”.
El acto contó con la presencia de autoridades académicas y administrativas de la PUCMM, jueces, docentes, estudiantes, egresados y familiares.








