Santiago, R.D.- Con una solemne eucaristía de acción de gracias en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), concluyó el II Congreso Internacional de Matrimonio y Familia: Fuente de Amor y Esperanza, organizado por la Comisión Nacional de Familia de la Conferencia del Episcopado Dominicano, que durante dos días reunió a más de 600 familias provenientes de todas las diócesis del país, así como a obispos, sacerdotes y diáconos de pastoral familiar.
Bajo el lema “Matrimonio y familia, fuente de amor y esperanza”, el evento dejó como fruto una renovada convicción de que la familia cristiana es imagen viva de Dios, escuela de amor y semilla de esperanza en medio de la sociedad actual. El reverendo padre doctor Secilio Espinal, rector magnífico de la PUCMM, durante las palabras de bienvenida compartió la alegría de recibir a cientos de familias y convertir este congreso en el centro del país, “ya que la familia es el centro, la célula y la iglesia doméstica”. “Donde está la familia, está el presente y el futuro de un país. No existe ninguna institución que pueda restaurar más a un país que la familia, donde se forjan los hombres y mujeres con valores, principios, propósito, metas y utopías”, dijo.
El rector exhortó a vivir la experiencia con la alegría de haberse reencontrado como familia dominicana, y a compartir los grandes logros y sueños, pero también las luchas y retos que van afrontando en la sociedad. “Encontrarse, caminar juntos, orar y soñar juntos por la familia”, enfatizó.
En la eucaristía de apertura, presidida por monseñor Héctor Rafael Rodríguez, arzobispo metropolitano de Santiago, presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y gran canciller de la Madre y Maestra, se exhortó a los matrimonios a poner a Dios en el centro de sus hogares: “No basta amar al Señor en privado: el amor a Dios se vive en lo concreto, en la vida diaria, en los gestos de perdón, en la paciencia, en el servicio mutuo, en la educación de los hijos, en la fidelidad cotidiana. La familia que sirve al Señor se convierte en una pequeña Iglesia doméstica”, expresó monseñor.
La primera jornada incluyó conferencias y talleres que abordaron la misión de la familia desde la fe, el manejo de conflictos, la resiliencia y el crecimiento en el amor en cada etapa del matrimonio. La segunda jornada estuvo marcada por testimonios de vida y paneles en los que matrimonios compartieron cómo la pastoral familiar acompaña y fortalece a los hogares en medio de los retos actuales.
La misa de clausura fue presidida por monseñor Piergiorgio Bertoldi, nuncio apostólico en la República Dominicana. En su homilía, el nuncio destacó que el amor conyugal es una alianza para siempre: “El amor para siempre no es un salto en la oscuridad ni una presunción, es la base para decir a la persona amada: ante mis ojos, tú no morirás. He entendido que la vida junto a ti tiene sentido, que solo caminando juntos podemos encontrar el camino”.
Además, concelebraron la misa, monseñor Héctor Rafael Rodríguez, arzobispo metropolitano de Santiago y presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano; monseñor Tomás Alejo Concepción, obispo de San Juan de la Maguana y presidente de la Comisión Nacional de Familia; monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, obispo de La Vega; monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, obispo de Barahona; monseñor Valentín Reynoso, obispo auxiliar emérito de la Arquidiócesis de Santiago; monseñor Gregorio Nicanor Peña, obispo emérito de la Diócesis de La Altagracia; monseñor Andrés Acevedo Rosario, obispo auxiliar electo de la Arquidiócesis de Santiago y el reverendo padre doctor Secilio Espinal, rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
El Congreso cerró con un firme llamado a la renovación de la Pastoral Familiar y al compromiso de construir familias que sean luz en medio del mundo. La Comisión Nacional de Familia expresó un agradecimiento especial a la PUCMM y a su rector, reverendo padre doctor Secilio Espinal, por acoger el evento en sus instalaciones de la PUCMM, “que es una verdadera fábrica de valores, que aporta grandemente a la familia y a la sociedad”.
En este evento se destacó el apoyo de diversas instituciones participantes y empresas, y la cobertura de medios cristianos, además se reconocieron los movimientos de espiritualidad familiar por sus aportes a la familia, y se agradeció la participación internacional de representantes de la Pastoral Familiar de España, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México y Puerto Rico que acudieron a este encuentro. “El Congreso ha encendido en nuestras familias la certeza de que en Cristo Resucitado todo puede ser renovado. Hoy salimos con esperanza y con la misión de ser luz en medio del mundo”, afirmó la Comisión Nacional de Familia al cierre del evento.







