Los piropos son considerados expresiones bonitas y artísticas destinadas a elogiar la belleza femenina o masculina, sin embargo, se convierten en acoso callejero cuando éste tiene una connotación sexual
Santo Domingo, RD.- Para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales de esta Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) realizó el sexto seminario estudiantil “Mujeres y Hombres por una Cultura de Paz”.
En este seminario, que se desarrolló el pasado viernes 24 y sábado 25 de noviembre, se realizaron talleres simultáneos en los campus de Santo Domingo y Santiago, a cargo de estudiantes que analizaron la problemática del machismo y sus manifestaciones sociales. Aquí se trataron temas como “Micromachismos, música y violencia de género”, “La música y la violencia contra las mujeres”, “La música y la humanización del ser humano” y “Los piropos y el acoso callejero”.
“Aunque históricamente los piropos eran parte del cortejo, su transformación actual sugiere una pérdida de matices y funciones originales, generando inquietudes sobre su impacto en la sociedad actual”, analizó el estudiante Arnoldy Núñez.
En la charla “Los piropos y el acoso callejero”, los estudiantes expusieron que los piropos se consideran expresiones bonitas y artísticas destinadas a elogiar la belleza femenina o masculina, y aunque originalmente eran parte del juego de conquista, la práctica ha evolucionado hacia frases simples y vulgares, “a menudo agresivas hacia las mujeres”, dijo el estudiante Arnoldy Núñez.
El estudiante Miguel Sánchez, explicó que el acoso callejero ya tiene una connotación sexual, “lo que significa que hacen referencia implícitamente a aspectos, comportamientos o imaginarios sexuales”. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en que el acoso se recibe de alguien desconocido y ocurre en áreas públicas o semipública. “El acoso callejero también se da en forma unidireccional, es decir, sin tener en cuenta si la víctima desea o aprecia el acto”.
Los chicos mencionaron algunas de las características del acoso callejero que son miradas intensas, silbidos, susurros al oído, comentarios en voz alta, toqueteos y manoseos sorpresivos y momentáneos (asaltos sexuales) y persecución insistida durante una o más cuadras.
Las llamadas insistentes como el “wey, allá,mami chula” o frases como, “cuanta carne y yo comiendo vacío”, “mami, ¿y to’ eso es tuyo?”, “diablo mami qué boca tú tienes”, “tanta carne y yo vegetariano”, “si yo fuera mecánico para meterle mano a esa máquina” son consideradas acoso porque tiene connotación sexual.
Con estas actividades no solo se busca concienciar, sino también proporcionar herramientas prácticas para promover el respeto mutuo y el desarrollo de relaciones de equidad entre mujeres y hombres, para la construcción de una sociedad más justa, equitativa y libre de todas las formas de violencia. En este seminario participaron estudiantes de ambos campus y fue realizada los días 24 y 25 de noviembre.
“La historia no ha sido justa con las científicas”
En esta actividad se realizó la conferencia “Mujeres científicas”, a cargo Ana Jesús Hernández, profesora de la Universidad Alcalá de Henares, quien señaló que la historia no ha sido justa con las científicas. “Por eso tenemos que visualizar a mujeres científicas como cauce para hacer justicia y para procurar el progreso de los pueblos. y, también para contribuir a una cultura de paz, ya que la paz se construye caminando en la justicia”.
No obstante, la experta señaló que la brecha de género se ha ido reduciendo en los campos de la investigación. Sin embargo, la brecha en estos galardones no se ha reducido del mismo modo.
“En el siglo XXI, solo 23 mujeres han sido galardonadas, si bien no todas científicas. Y, a lo largo de la historia de los Premios Nobel, este galardon ha sido otorgado 844 veces a hombres y únicamente en 50 ocasiones se le ha concedido a mujeres”, destacó Jesús.
La conferencista mencionó mujeres como Lise Maitner quien descubrió la fisión nuclear; Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas XY (1905); Rosalind Franklin, descubridora de la estructura de doble del ADN, así como las cientificas Rachel Carson, Marie Currie y Rita Levi-Montalchini… “Hay mujeres científicas que han cambiado el mundo con sus historias. Sus contribuciones a sus comunidades, a sus mundos, comenzaron con una idea, y esas ideas fueron tan buenas que se volvieron realidades”.
